Publicado 02.07.2009
Economía
Aumentos en lugar de las rebajas prometidas
El IVA pasó a 16,5%; suben los precios del pan y combustiblesLa conferencia de prensa en la que el primer ministro Biniamín Netaniahu y el de Finanzas, Iuval Steinitz, presentaron los beneficios tributarios que traería consigo el programa económico que habrían de implementar, suena ahora, poco tiempo después, como el guión de una comedia teatral.
Después de esta presentación televisiva, el tono de ambos cambió y la palabra ``reducción'' fue suplantada entonces por ``aumento''.
En los hechos, desde ayer, miércoles 1ú de julio, el IVA (Impuesto al Valor Agregado), que estaba en 15,5%, pasó a 16,5%. Pero esto es solo el comienzo.
Al mismo tiempo aumentaron los precios de los artículos de primera necesidad que aún están bajo contralor oficial, como pan común y sal.
Como consecuencia de la suba internacional del petróleo, pagamos 35 centavos más por la nafta para los vehículos (el cinco por ciento) y desde ahora pueden esperarse próximas subas de la electricidad, el transporte colectivo y otros.
Hasta comienzos de la semana próxima continúan en debate en la Comisión de Finanzas de la Knéset algunos ``pequeños'' asuntos, dentro de los cuales la fijación del pago de IVA a frutas y verduras es el más polémico de ellos.
Por razones históricas, cuando la mayor venta de estos productos se hacía por medio de mercados abiertos callejeros, no se aplicó este impuesto a los bienes agrícolas.
Los tiempos cambiaron y la necesidad urgente de fondos también. Ahora, el IVA a frutas y verduras traería una recaudación de entre 1.200 millones y 1.800 millones de shékels por año.
La presión del Gobierno sobre los diputados de la Comisión de Finanzas se fortalece a medida que llega la hora 0 y las protestas también. Los comerciantes de los mercados se oponen, como era de esperarse, pero en el mismo bando está el partido religioso Shas que amenazó con retirarse de la coalición.
La aplicación del IVA a los servicios turísticos para extranjeros es otra de las iniciativas que están sobre la mesa. Hoteleros y operadores del ramo se oponen por entender que eso alejará potenciales visitantes hacia otros mercados y el daño será entonces mayor al beneficio.
Como todo esto no alcanza, se aprobaría una multa al consumo de agua, pasando de una cuota establecida para cada grupo familiar. En este caso, el consumidor paga por la negligencia y la burocracia estatal que no encontró en más de 60 años la manera de asegurar el abasto de agua potable en años de sequía como el que vivimos ahora.
A esta altura el lector seguramente se pregunta: ``¿Dónde quedaron las rebajas impositivas que prometieron?'' Muy sencillo: por ahora en el papel.
La aplicación se postergaría para el año 2011.
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