Un emotivo relato dedicado a todas aquellas personas anonimas, que aun soñamos con vivir en paz.
YO LA SOÑE A JERUSALEM ..
Era tan dulce y bueno mi sueño, que no quisiera borrarlo con mis lágrimas...
Que me deje Dios soñar por ahora. Es ventura actual. Lo que devino sigue siendo nuestra eterna xenofobia que tal vez se termine... ! Tal vez no !
- Bobe... contanos cuando volabas sobre Jerusalém.
-¿¡Otra vez !?. bueno, yo "soñé" que volaba sobre Jerusalém, pero nunca estuve allí. Solo esa vez...que estaba caminando por una calle de Jerusalém. Esta ciudad, tenía muchas escaleras, ! un montón de escaleras!, tantas que no se veía donde terminaban ni lo que había al final de ellas. Subía despacito, paraba a descansar, me sentaba, y después seguía. En un momento cerré los ojos y pensé : - - Como me gustaría poder volar... .
... Entonces una nube suave y celeste me envolvió y me sentí liviana. Parecía flotar, aletear con los brazos como palomas en la plaza. Y...empecé a subir y navegar por los cielos de Jerusalém...
-! Bobe !, contanos que estás viendo.
Miren eso chicos !...! Una ciudad increíblemente hermosa!. Está amaneciendo y el sol empieza a jugar por sus calles angostas y sus casas de piedra. Sube, baja y se esconde entre sus torres, cúpulas de oro y plata, iglesias, sinagogas y mezquitas. El sol no hace diferencias: Ilumina todo por igual y se divierte.
Comienza la gente a salir a la calle; mucha, muchísima gente. Visten de manera muy variada, algunos con trajes largos y coloridos, otros todos de negro, mujeres con sus rostros tapados. Los hay con sombreros y también jóvenes con jeans y remeritas como las de ustedes.
-Ahora empezabas a perseguir a la gente, bobe.
- Si, los veo entrando a la ciudad antigua, por el portón de Jaffo. Se dirigen al muro de los lamentos, que es una parte de la muralla que rodeaba al segundo templo, de la ciudad del Rey David. Pero se separan ... los hombres ingresan por el lado izquierdo y las mujeres por el derecho. Todos con la cabeza cubierta.
Comienzan sus oraciones balanceándose en dirección al muro. En un papelito escriben un pedido, un deseo, y para que se les cumpla lo ponen entre las piedras de la pared.
Sigo volando y diviso a un grupo de musulmanes con su alfombrita debajo del brazo. Llegan, se sacan los zapatos y se lavan los pies para entrar a rezar, arrodillados en la mezquita de la cúpula de oro. Dicen que desde ese lugar Mahoma subió al cielo.
!Sh!...! Sh!, escuchen las campanas... son del barrio cristiano de la iglesia del Santo Sepulcro. Al acercanos se huele a incienso; están llamando a misa. Todo esto me inspira respeto.Yo vuelo sin hacer ruido, y escucho una voz que me dice
-Estamos en el centro del mundo, algún día todas la religiones saldrán unidas de este lugar.
-! Bobe!...ahora te vas al shopping a comprarnos los regalos.
-! Ah! ! Si !, me voy a la ciudad nueva, !qué linda es la calle Ben Yehuda!.Está llena de gente, algunos son ciudadanos israelíes y otros turistas. Muchas confiterías y negocios. Justo cuando descubro una juguetería y estoy por bajar...
-Es cuando, empiezan los fuegos artificiales.
-Si, y nosotros subimos con vos, bobe...
-Pero no son fuegos artificiales comunes, son de luces, confites y pastillas. Nos tomamos de las manos y volamos entre la lluvia de estrellitas y golosinas.
Flotamos por cualquier lado con la boca abierta de asombro, alegría y tratando de pescar algún caramelo. Nos reímos mucho, disfrutamos de la "magia" que tiene Jerusalén. Nos sentimos felices y protegidos. Me recuesto en el cielo y " la " veo...
... Una Jerusalém, como una tierra sagrada, llena de lágrimas y de plegarias. Una ciudad gloriosa donde se mezcla lo celestial con lo terrenal, como se confunden lo espiritual y lo material. Una Jerusalém unificada, antigua y moderna y a sus habitantes con las filactelias, el rosario o el abalorio : todos juntos en un cuadro de "armonía y paz" tal como escribiera el salmista:.." como una ciudad que esta bien unida entre si "
-Bobe... Bobe.. otra vez estás hablando dormida..
-Bobe... te quedaste dormida otra vez...
!No, no duermo, no ! Estoy como suspendida en una alerta constante.Si pudiera ocultarles la verdad... Pero no debo.
Todo comenzó de nuevo. Hay sangre y lagrimas otra vez. La Paz que une vuelve a dividir. Que vuelvan mis hijos a creer, que no sea cierto lo que dicen los matutinos. Que abra mis ojos y que no seamos plana de diarios.
! No duermo hijos! ! no ! sólo aparto con mis pies los diarios... Los alejo de ustedes, pequeños. ! Sólo los alejo !, para que vuelvan a creer en mi sueño...
autor: Lydia Barbakow
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